12 de noviembre de 2009

¡Quiero ser gay!

Sí, queridos niños y niñas, ni habéis visto mal, ni vuestra pantalla se encuentra borrosa o sucia por vuestras actividades post-Física o Química. Hay una nueva adquisición escribiendo en este blog. Y no es una cualquiera, no puede confundirse entre la maraña japi que se transporta al son de las corrientes humanas del Stardust los viernes cual materia informe (aunque eso sí, de lo más fashion). No puede, asimismo, pasar inadvertida entre bailes y clas clas, entre minis de ron y noches sin un solo recuerdo. No. "¿Y eso por qué?” os preguntaréis, queridos niños y niñas, abriendo tanto los ojos como si Aramis Fuster hubiese puesto en práctica el método pepino-vudú con vosotros. “¿Es que eres una mujer?” Y, bueno, a esto os he de contestar que obviamente he sido creada del mismo sexo del que Ella es partícipe, pero también sabréis, fieles seguidores, que entre los japis ya hay algún componente que pasea su deliciosa feminidad por aquellos lugares que la merecen. Además, por supuesto, del hecho de que todos los japis somos damas, sin excepción.

Pero no. La diferencia de quien esto presenta, y quien en este momento os escribe al más puro estilo presuntuosos de Aída Habloentercerapersona Nízar, con el resto de los japis que os deleitan cada día, es que yo estoy enferma. Tengo un problema mental muy grave, que sólo puede ser tratado a base de una dura terapia que me costará sudor y lágrimas. No soy normal, no soy como el resto de chicas de mi edad; no tengo capacidades intelectuales ni sociales, no tengo, en suma, derecho a vivir. Y todo porque… soy hetero.

Lo siento, me confieso, entono el mea culpa. Me atraen los tíos más que a Bustamante las rayitas. No puedo dormir por las noches pensando en cómo superarlo, cómo volver al redil y convertirme en una persona normal. Ya me diagnosticó el alcalde de mi pueblo hace unos años que era demasiado “rarita”, y que si continuaba así ardería por siempre en las llamas eternas. Y si este hombre lo dice, es porque tiene razón. Razón, una bandera de España con algo parecido a una gallina en el centro (siempre patrocinando la agricultura y ganadería de la zona) y una gran colección de trajes de estos caros. ¿Cómo no creerle? ¿Cómo desconfiar de su magnánima bondad?

Desde entonces vivo aterrorizada y presa de mi enfermedad, el defecto más terrible que existe en este mundo (a excepción, claro está, de las bolsas de Belén Esteban). Y es entonces cuando envidio a todos aquellos que se han curado antes de mí gracias a la buena voluntad de quienes les rodeaban; aquellas buenas personas, religiones y gobiernos que echaron una mano a depravados como yo por medio de electrodos, descargas y envenenamientos dignos de una snatch movie. Pienso, en definitiva, que mi enfermedad mental es completamente curable, y sólo he de dejarme magullar y humillar para retomar el camino correcto. El camino del bienestar.

Desde aquí, hago un llamamiento mundial: ¡Gays y lesbianas de todo el mundo, transexuales y travestis, bichos verdes e indefinibles, ayudadme a encontrar la buena senda como ayudasteis a depravados como yo hace años en este continente! ¡Torturadme, aisladme, humilladme! ¡Hacedme sufrir hasta el borde del suicidio y la locura! ¡Sólo de esa forma podré, por fin, ser una mujer completa, normal y exitosa, como ya lo es Chenoa (quien me consta que está respondiendo estupendamente al tratamiento)! ¡Sólo entonces podré llevar una vida políticamente correcta, y cantar el Cara al sol, digoo... el himno de unidad y amor que todos vosotros entonáis, oh gentes de paz! ¡Ayudadme, os lo ruego, a ser partícipe de vuestra inconmensurable felicidad! ¡Ayudadme, en definitiva, a ser por fin homosexual!

3 comentarios:

Lady Ja Ja dijo...

¡Querida mía, pero si yo llevo todos los años que te conozco tratando de ayudarte a superar esa terrible enfermedad, y no te dejas!

De todas formas te queremos igual, ya lo sabes.

MacLamala dijo...

Mi querida Ladesh, yo te adoro, ya lo sabes, pero un buen electrosock soluciona todo :D

Ladesh Viada dijo...

Gracias, amados míos. Sé que puedo contar con vosotros para superar tan duro trago.