¡Fun, fun, fun!

Por todos es sabido que los Santa Klaus que contratan los centros comerciales no son hombres entrañables o jóvenes educados. Normalmente son los mendigos y borrachos que duermen en sus puertas.

Por si sois de esas putillas que adoran sentarse en rodillas desconocidas sin mirar a quién pertenecen, os enseño una pequeña lista de delincuentes para que tengáis cuidado. Las fotos son bastante duras.

1. El secuestrador. Al principio es amigable, pero lo único que quiere es hacer de ti una Toñi cualquiera. El olor a pis de sus manos es inaguantable, así lo muestra la cara de la pobre Rita.

2. El politoxicómano. Puedes pensar que te ofrecerá algo de su mercancía, pero no es así. Terminarás cagándote en su puta madre como hacen Luisa y Carlos.

3. El asesino en serie. La cara de retrasado y los guantes blancos para no mancharse con tu sangre infectada lo dicen todo.

4. El pederasta. Aunque al sentarte notes cierto gustirrinín, no te confíes como hace Clarisa, sentada a la derecha. Las prácticas que tiene pensadas contigo no son excitantes, ni satisfactorias. Filomeno lo sabe.

5. El amante del vondage. Sólo decir que no sabéis lo que os espera.

Y por último, pero no por ello menos terrorífico y asqueroso, el adicto a los chaperos. Parece un anciano normal, amable y colocado con sus diuréticos, pero en realidad es un obseso que intentará comprarte para hacer que le lamas la prótesis. Si sois tan putas como Ramiro, el del saxo, aceptaréis.

Espero haber abierto vuestros ojos cegados por el alcohol y los diversos estupefacientes.