Que el retraso es un mal muy extendido en la sociedad es algo sabido por todos. Podría citar mil ejemplos, Paz Vega, Chenoa, Maraya, Ramoncín... Pero que una de esas subnormalitas haga una "serie" que hable de un día normal de su vida y deje clarinete que es gilipollas profunda... No, no hablo de Ana Obregón. Hablo de María Lapiedra, ese ser que está a medio camino entre el muñeco Michelín y Peggy hasta el culo de estupefacientes.
Ella, después de realizar anuncios curradísimos de su puticlub, decidió rodar una sitcom donde nos deja claro que lo suyo no es algo que pueda curarse con un par de descargas eléctricas. La única solución, la decapitación. Pobrecita.
¡Ay! También sale su novio/prometido/palomocojo, Enric Escudé. ¡Qué gran despliegue de "profesionales"! Anonadados nos hemos quedado. No sabíamos si comprar soga para ahorcarnos o drogas duras para verlo mil veces más y entrar en un bucle sin fin hasta llegar al Nirvana. Aquí os lo dejo para que lo visionéis y actuéis en consecuencia. Por favor, tened en cuenta que la sangre sale fatal de las alfombras, utilizad un método limpio.
"Como María Lapiedra". REBUZNO.
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