GLEE

Al pensar en el instituto nos viene a la cabeza la imagen de los tolais apartados en clase (y de los que nos reíamos), las pijas con colores pastel, las putas o comúnmente llamadas animadoras, los deportistas… cada uno de los estratos que después habría en la sociedad. ¿Por qué os recuerdo esa época? Os preguntaréis. Pues bien, dulces amigas, os transporto a la época de los chandals que brillaban porque ayer se estrenó en FOX la mejor serie desde la retransmisión de la Resurrección de Jesús-es-Cristo.

Nosotros ya la hemos visto entera, evidentemente, pero ver algo genial dos veces siempre viene bien. Sí, hablo de GLEE. Os pondré en situación a aquellos que no vivís en el planeta divertido.

Un grupo de pipas/tontos/empanaos/paraditos/lentejas, sin ningún tipo de aceptación social, deciden meterse en el coro del insti para realizarse como personas, provocando que los populares, celosos de ver a sus víctimas felices like perdices, decidan formar parte de ese grupo coral (secta en el fondo, no nos engañemos). Todo en un contexto musical, pero no un musical ñoño donde alguien muere de tuberculosis, no. Un musical que tiene estos ingredientes:

Maricas que cantan de puta madre.

Rehab.

Falsos embarazos.

Embarazos reales.

Gordas negras cantantes.

Carreras en sillas de ruedas.

Quarterbacks que bailan como maricas en el orgullo.

Una entrenadora de animadoras nazi y dopada por los batidos de proteínas.

Música chachi y moderna.

Insultos.

Música más chachi.

Desprecios.

Alguna que otra anorexia.

Crestas.

Productos ilegales.

(No hay epilepsia, pero no la descartamos aún).

Ésta es la serie que todos estábamos esperando porque la música es nuestra vida y series que dicen cosas como: “La fama es lo más importante” o “No voy a hacer los coros. Soy Beyonce, no soy ninguna Kelly Rowland”, merecen nuestro respeto y adoración.

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